CORONAVIRUS EN CUBA
Restricciones por COVID-19 en Matanzas afectarán a paladares
Ahora los cuentapropistas y aquellos que dependen del turismo no pueden recuperarse de los últimos meses de inactividad pese a la llegada de los turistas
El régimen de Cuba sigue ordenando medidas restrictivas para intentar combatir el coronavirus y en la provincia de Matanzas esto ha afectado a los negocios que recién empezaban a abrir.
El Consejo de Defensa Provincial (CDP) ordenó que los paladares ofrezcan sus servicios solo hasta las 7:00 de la noche, además de que deberán laborar al 50% de su capacidad.
En medio de la supuesta reapertura económica, esta medida afecta a los restaurantes, sus propietarios y trabajadores que apenas comenzaban a recuperarse tras meses de inactividad.
Aunque la provincia no ha sido grandemente afectada durante el rebrote, al grado que lo han sido provincias como Ciego de Ávila o Artemisa, las autoridades han escogido prevenir los posibles focos de infección que pudieran desarrollarse en estos centros.
La medida llega cuando apenas esta semana comenzó el arribo de turistas extranjeros a la Isla, con restricciones que privarían a cualquier negocio de obtener ganancias de esta actividad.
Siendo sede del principal balneario de Cuba, Varadero, la oportunidad de recuperarse hubiera sido alta para restaurantes y clubes, con turistas extranjeros que escogen destinos de playa precisamente por esas causas y a los que ahora se les redujo el horario laboral casi a la mitad.
Asimismo, el consumo de los locales, aunque menos significativo, también se ve restringido por las reglamentaciones de horario y capacidad.
Mientras una buena parte de la población se emplea en este tipo de negocios, el régimen no ha ofrecido alternativas para estas personas que, como en el caso de los meseros, viven prácticamente de las propinas que ahora se han reducido considerablemente con solo la mitad de los comensales y eso cuando hay.
Pese a que el gobierno ha implementado todo tipo de medidas restrictivas en varias provincias para intentar combatir al COVID-19, estas han demostrado, no solo ser ineficientes para ello, sino tener efectos negativos en la ya mermada calidad de vida de los cubanos y en su economía.
A la vez, aunque ha invertido más en los aparatos de represión para “controlar” a la población y que cumpla con las medidas establecidas, no lo ha hecho igual con programas o apoyos que faciliten a quienes dependen del rubro turístico sobrellevar la situación.