Tenista del equipo Cuba funda su propia academia en Miami

En sus redes sociales encontrarás toda la información que necesitas si quieres formar parte de su academia. (Foto: Claudia Carreras – Facebook)

La mentalidad del cubano que emigra, en la mayoría de los casos, es poder continuar realizando en el exilio el trabajo que le apasiona. Muchos realizan inmensos sacrificios en aras de alcanzar esta meta; algunos no corren la mayor suerte, pero otros, al final del camino, llegan a cumplir sus sueños.

Claudia Carreras es un ejemplo de estos cubanos que luchan por seguir siendo lo que siempre soñaron. Esta joven, natural de La Habana, fue por muchos años atleta de alto rendimiento en Cuba en el tenis de campo. Eventos internacionales, juegos escolares y una gran cantidad de torneos marcaron su exitosa carrera deportiva dentro de la Isla.

Con el paso de los años, decidió emigrar a los Estados Unidos y, en estos momentos, es propietaria de una academia de tenis de campo en la ciudad de Miami. Hoy, nos relata su historia.

Los comienzos

Cuenta que su vocación por el tenis surge por un deseo de su madre, quien la inscribió a un programa que tenía el profesor Salvador Castellanos en la Villa Panamericana de La Habana, debido a que era una niña con mucha energía.

A través de las competencias nacionales de la modalidad escolar que se realizaban en aquella época, logró una racha de victorias seguidas, lo que le permitió integrar el equipo nacional con tan solo 14 años de edad.

El primer evento que marcó su carrera internacional representando a Cuba fue en República Dominicana en el año 2012, donde su equipo logra la victoria final frente a sus rivales de Puerto Rico.

“La experiencia fue superbuena, fue la primera vez que el equipo salía del país, y qué mejor manera de hacerlo ganando el torneo. Ahí demostramos que en el área de Centroamérica el tenis cubano tenía tremenda calidad”, comentó Carreras.

“Fue esa nuestra mejor oportunidad, tuvimos la posibilidad de que nos vieran a nivel internacional y pudieran ofrecernos participar en los demás eventos que se hicieran”, agregó.

Luego de esta experiencia, llegó junto a su equipo a Guatemala para la Copa Galileo; estuvieron en México en el Country Club; en El Salvador jugó un Abierto organizado por la Federación Internacional de Tenis, entre otros certámenes. Así, poco a poco, fue consolidando su carrera deportiva en el área internacional, hasta su participación en torneos más importantes: el pre mundial de Canadá 2013 y los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014.

Desmotivaciones

Como un gran número de deportistas cubanos, Claudia tuvo desmotivaciones en su vida que la hicieron abandonar su carrera deportiva. El favoritismo, la conveniencia, la presión de los atletas y la falta de oportunidades estuvieron involucrados en la separación del área deportiva para Carreras.

“Llegó un tiempo que sentí que estaba entrenando para nada, me desmotivé grandemente. Hubo entrenadores que estaban por nombres y no por calidad, fue como una cacería de brujas con algunos atletas, estaban pendientes en tu vida, cuando incluso había atletas que cometían graves errores y no pasaba nada”, explicó.

Otro hecho que comentó fue en referencia a los medios de prensa cubanos y su cobertura del tenis de campo. Afirma que su equipo tuvo más promoción y reconocimiento a través de medios de prensa extranjeros que por los oficialistas.

Más adelante, ya desvinculada del deporte, Claudia trabajó en la gastronomía de La Habana, el masaje, impartió clases de tenis en los hoteles y también pudo terminar la universidad y licenciarse en Cultura Física.

Mientras valoraba tomar una de las decisiones más grandes de su vida, que la llevaría a abandonar Cuba, ya pensaba en impartir clases y formar su propia academia, para trasmitir los conocimientos adquiridos a nuevas generaciones.

El mayor reto: emigrar

En mayo de 2022, Claudia llega hasta los Estados Unidos después de una larga travesía por la vía Nicaragua. Como ella misma describe, corrió la mayor suerte del mundo y, al llegar a la ciudad de Miami, un amigo la contacta para que trabaje junto a él en una academia de tenis de la ciudad.

Más adelante trabajó en un gimnasio y en la academia Neighborhood Tennis. Allí, tenía cuatro horas para sus clases y le permitían trabajar también. Desde ese momento fue pensando en abrir su propia academia, valorando la oportunidad de no tener que trabajar para nadie.

A través de un amigo, consigue unas canchas para impartir clases, pero no tenía la disponibilidad de clientes fijos, por lo que comenzó a buscarlos. Influyó mucho el trabajo realizado en las redes sociales en materia de promoción, visitó escuelas en Miami, hasta que fundó Turn on Tennis, su propia academia, de la cual vive hoy en día.

Turn on Tennis

“La academia está ubicada en Key Biscane, aunque tengo programas en otras partes de Miami, como Downtown y Brickell, y alguna que otra vez ofrezco clases en Miami Beach. Prestamos clases de lunes a domingo en las áreas mencionadas, pero también hacemos clases privadas a cualquier persona que nos contrate”, declaró.

A raíz de la interrogante de cómo en tan poco tiempo ha podido desarrollar con éxito su negocio en un país extranjero, Claudia respondió: “Es una satisfacción total, este país me ha dado la posibilidad de cumplir todos los sueños que tenía, porque el hecho de poder vivir a cambio de lo que a uno le gusta, es una sensación tremenda. Para trabajar de profesora de tenis solo tuve que tener una certificación de entrenadora, no pasa lo mismo que otras carreras como Medicina”.

Hoy día, Claudia afirma ser una mujer feliz, sintiendo el orgullo de ser una joven que con solo 26 años ofrece sus conocimientos a nuevas generaciones de distintas nacionalidades, que son recibidos con el mayor amor del mundo. Agradece a su madre y su abuela, quienes le inculcaron la pasión por el tenis, a pesar de no ser una familia adinerada y ser este un deporte que utiliza implementos muy costos.

Su academia crece cada día y, a la vez, sus conocimientos, que la sitúan como una cubana más que salió en busca de sus sueños y, después de un largo camino, los encontró.