Buzo encuentra una moneda de oro de casi 100 mil dólares en los cayos de la Florida

Zach Moore trabajó en el descubrimiento para la empresa familiar Mel Fisher’s Treasures. (Captura de pantalla © Mel Fisher’s Treasures – YouTube)

El buzo Zach Moore, miembro de la empresa especializada en descubrimientos marinos Mel Fisher’s Treasures, encontró en el fondo de los mares de los cayos de la Florida una moneda de oro de 400 años de antigüedad, que actualmente está valorada en 98.000 dólares.

La pieza numismática estaba a 10 metros de profundidad y había resistido al tiempo y a la corrosión del agua salada. Según estudios, la moneda era trasladada por el barco de la corona española Nuestra Señora de Atocha, que naufragó en la zona en 1662.

De acuerdo con Keys Weekly, encontrar monedas de oro es un evento raro, ya que es más común desenterrar objetos más grandes. Hasta la fecha, se han recuperado menos de 130 monedas, y se desconoce la cantidad exacta que llevaba la embarcación.

Aunque el descubrimiento de Moore se produjo en 2021, ahora su historia se viraliza al ofrecer una entrevista para el diario The Sun. Según su testimonio, proviene de una familia dedicada al negocio del buceo en naufragios marinos.

Su padre, Bill Moore, y otros miembros del equipo descubrieron barras de oro y cadenas en 1985. Julie Moore, su madre, también ha participado en estas expediciones, encontrando esmeraldas en el sitio de Atocha. La familia Moore es la propietaria de la empresa Mel Fisher’s Treasures.

De esa herencia familiar le llega su pasión por el buceo, por lo cual expresó su deseo de continuar explorando los cayos de la Florida con la esperanza de encontrar más oro.

Historia del galeón español Nuestra Señora de Atocha

Nuestra Señora de Atocha era un galeón español que se ha convertido en una leyenda en la historia de la navegación y los tesoros hundidos. Construida en 1620, esta nave formaba parte de la flota de la Corona Española, encargada de transportar riquezas invaluables desde el Nuevo Mundo a España. Su historia es un fascinante relato de riqueza, tragedia y descubrimiento.

En 1622, la Atocha zarpó desde La Habana, cargada con una fortuna en oro, plata, esmeraldas y otros tesoros valiosos, destinados a consolidar la riqueza y el poder del Imperio Español. Sin embargo, su viaje fue trágicamente corto. En septiembre de 1622, un violento huracán azotó el Caribe, hundiendo la Atocha cerca de los cayos de Florida. Este naufragio no solo representó una pérdida masiva de riquezas, sino también un duro golpe para la economía española de la época.

El destino de la Atocha permaneció oculto bajo las olas durante siglos, convirtiéndose en el objeto de numerosas leyendas y expediciones de búsqueda. No fue hasta 1985 que el cazador de tesoros Mel Fisher y su equipo descubrieron su ubicación, desenterrando parte de su carga y revelando al mundo los secretos de este galeón histórico.

El hallazgo de la Atocha no solo fue un triunfo para los cazadores de tesoros, sino también un importante descubrimiento arqueológico, ofreciendo una ventana única a la historia marítima del siglo XVII.

¿Cómo convertirse en un buzo de exploración submarina para encontrar objetos valiosos?

Convertirse en un buzo de exploración marina especializado en la búsqueda de tesoros es una aventura fascinante que combina habilidades de buceo, conocimiento histórico y tecnología avanzada. Las técnicas y tecnologías para esta actividad han evolucionado significativamente, permitiendo descubrimientos más eficientes y seguros bajo el mar.

En sus inicios, la búsqueda de tesoros submarinos dependía principalmente de la intuición y la experiencia del buzo. Hoy, la tecnología juega un papel crucial. Los buzos utilizan sonares de última generación y magnetómetros para detectar objetos metálicos bajo el lecho marino.

Los vehículos operados remotamente (ROV) y los drones submarinos permiten explorar áreas profundas y peligrosas, enviando imágenes y datos en tiempo real a la superficie.

La evolución de los equipos de buceo también ha sido notable. Los sistemas de buceo de circuito cerrado, que reciclan el aire exhalado, permiten a los buzos permanecer sumergidos durante períodos más prolongados y a mayores profundidades. Además, el uso de mezclas de gases especiales reduce el riesgo de enfermedad por descompresión.

Sin embargo, el buceo en busca de tesoros no está exento de desafíos y peligros. Las corrientes fuertes, la visibilidad limitada y los riesgos ambientales, como los naufragios inestables, requieren una formación exhaustiva y un enfoque en la seguridad.

Los buzos deben estar preparados para enfrentar estos retos, equilibrando la emoción de la exploración con la importancia de preservar los sitios históricos y su integridad.