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Periódico Cubano

Cuando dos cubanos se subieron al podio olímpico en… ¡¿yatismo?!

DEPORTES

Cuando dos cubanos se subieron al podio olímpico en… ¡¿yatismo?!

Hasta ese momento los aficionados cubanos solo habían conocido 11 medallas, conseguidas por esgrimistas

olimpiada de Londres 1948

A la olimpiada de Londres 1948, la delegación cubana asistió con 53 representantes. (Captura de pantalla © Olympics – YouTube)

Antes de 1959, pocos atletas cubanos podían vanagloriarse de haber logrado una actuación trascendental en Juegos Olímpicos. No existía una política deportiva en el país destinada a masificar el deporte y, con ello, identificar los talentos en edades tempranas, entre otras cuestiones.

Los aficionados solo habían conocido las 11 medallas conseguidas por nuestros esgrimistas (cinco de oro, tres de plata e igual número de bronces) y un segundo puesto en una de las disciplinas con menos tradición entre los nacidos en la Mayor de las Antillas.

A la olimpiada de Londres 1948, la delegación cubana asistió con 53 representantes, divididos en modalidades como baloncesto, atletismo, gimnasia, natación, remo, esgrima, levantamiento de pesas, ciclismo, clavados, lucha, tiro y yatismo.

Pocas eran las posibilidades de que alguien trajera una presea de vuelta a casa, pero… Carlos de Cárdenas Cumel, de 44 años, y su hijo, Carlos de Cárdenas Plá, un joven de 16 años, se llevaron el metal plateado en yatismo. El padre, capitán de la embarcación ‘Kurush III’, y el adolescente (timonel), finalizaron la competencia en la categoría Star con 1.849 puntos, calificación que los colocó en el segundo puesto en el acumulado general.

Esa medalla ubicó a Cuba en la tabla por países en el puesto 28, escaño que también ocuparon Ceilán (ahora Sri Lanka), España y Trinidad y Tobago.

Carlos de Cárdenas (padre) fue el principal artífice de ese resultado. Nació en 1904 y a los 16 años comenzó a practicar un deporte al que solo podían acceder familias de buena posición social. A los 27 años, ya su nombre figuraba entre la élite a nivel nacional: ganó la Copa Bacardí que tenía lugar en la bahía capitalina.

Este certamen había sido creado por aquella familia que jugó importantes roles en la economía y la política de la etapa republicana. Durante 25 años, competiría en campeonatos del orbe, hasta que en 1962 ocurriría su última participación en esas citas.

En este lapso, se impondría en la Copa Cuba y, en 1943, alcanzaría su primer gran resultado a nivel mundial: se alzó con el metal bronceado en el evento mundial que tuvo por sede a Great South Bay, Nueva York. Volvería a ser medallista en las ediciones de 1954 y 1955.

En la primera de ambas, ganó las regatas correspondientes a la clase Star en Portugal (llevándose el cetro en cuatro y acabando segundo en otra). En el otro mitin mundial, en La Habana, volvió a hacerse con el título. Dos años más tarde, en 1957, finalizó en la novena posición.

En su segunda incursión olímpica, Helsinki 1952, no pudo subir al podio, después de finalizar cuarto. Repitió junto a su hijo de igual nombre en la embarcación. Cuatro años más tarde, en Melbourne, finalizó sexto. En esa última ocasión, su timonel sería Jorge de Cárdenas Plá.

En el año 1960, se marchó de su país de nacimiento y pasó a residir en Estados Unidos. Años antes ya había sido seleccionado como presidente de la Asociación Internacional de Regatas de la Clase Star. Durante la Olimpiada de 1968, fungió como consultor en ese deporte. Falleció en 1994 en Miami.

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