MUNDO
El tatuaje, un signo de exclusión que llegó a ser arte viva
En la actualidad una persona tatuada expone una obra de arte a través de su piel, sin embargo esto no siempre fue así, te mostramos cómo esto ha evolucionado a lo largo del tiempo
Un tatuaje para la sociedad de hoy en día es una obra de arte, a través de la cual se expresa un pensamiento o un ideal, que quien lo porta desea mostrar al mundo y llevar consigo mismo.
Aproximadamente un tercio de la población estadounidense tiene su piel marcada con un tatuaje; en Europa representa un 12% de la población; de manera que aunque no es el común de las personas, no resulta nada extraño conseguir a alguien que porte orgullosamente el arte en su piel a través de un tatuaje.
Esto no siempre fue de esta manera, debido a que varios años atrás un tatuaje no era sinónimo de arte si no que era una forma de vetar e identificar a un grupo selecto (generalmente menospreciado) de personas; así el arte de tatuar ha sufrido por un proceso de transformación pasando de ser un signo exclusión y marginación a una expresión viviente de arte y moda.
“Sobre nuestra piel. Geografía cultural del tatuaje”, es un libro que tiene autoría Paolo Macchia y Maria Elisa Nannizzi, a través del cual se hace una orientación respecto a cómo ha evolucionado la percepción en este aspecto desde la prehistoria hasta la actualidad.
Este libro será publicado en el trascurso de este año, y está bajo el patrocinio de la editorial de la universidad de Pisa; según lo que esta literatura orienta, en la Grecia y Roma antigua los tatuajes eran signo de castigo, y se utilizaban para marcar a los delincuentes y fugitivos de la justicia; entre tanto el catolicismo también lo rechazaba, debido a que cualquier forma de atentado contra la piel era mal visto por la religión.
Más adelante esta perspectiva cambió y los peregrinos empezaron a utilizarlo para identificarse, por su parte durante el siglo XVII y XVIII también tomó popularidad y difusión en Europa.
Finalmente a partir de los años 60 los tatuajes empezaron a ser emblema de rebelión y de cambios grandes, quienes los portaban buscaba identificarse con un ideal o pensamiento como es el caso de los hippies, los motociclistas, rockeros, metaleros entre otras corrientes.
Todo esto vino evolucionando hasta la actualidad, donde estas percepciones han evolucionado y ahora resultan ser una forma de arte viviente; siendo portadores de ellos personalidades como Winston Churchill (político británico), Federico IX (rey de Dinamarca) o el expresidente estadounidense Theodore Roosevelt.
Con Información de ANSA LATINA