Identifican genes que definirían tamaño del cerebro y la cabeza

Una investigación llevada a cabo por un grupo de científicos de talla internacional, y que estaba orientada a la relación del genoma completo de niños, mayores y adultos, alcanzó el descubrimiento de que la circunferencia de la cabeza podría estar predicha genéticamente desde una edad muy temprana.

Científicos y expertos alemanes del Instituto Max Planck de Psicolingüística, junto a otros de la Universidad de Bristol de Reino Unido, se dedicaron al análisis de más de 46 mil niños y adultos con el objeto de investigar los casos de variantes genéticas comunes y las consideradas atípicas.

La citada investigación requirió de diferentes estudios a realizar, como lo fue el caso del Estudio Longitudinal Avon de Padres e Hijos, para que los científicos pudieran hacer seguimiento del desarrollo y crecimiento de los infantes a partir del mismo momento de su nacimiento y en adelante.

En medio de este estudio se pudo hallar que las influencias genéticas en la circunferencia de la cabeza, se mantienen estables colectivamente a lo largo del proceso de desarrollo y que a su vez se encuentran relacionas con factores genéticos de favorecen al volumen del área intracraneal.

Los especialistas descubrieron que las influencias genéticas en la circunferencia de la cabeza permanecen colectivamente estables durante el desarrollo y se correlacionan con factores genéticos que contribuyen al volumen intracraneal.

Resulta impresionante apreciar la forma en que los factores genéticos desde la edad infantil, permitan explicar más del 70% de la variación genética a la edad de los siete años, y más del 60% a los 15 años de edad; de acuerdo a lo que explica el primer autor del estudio, Chin Yang.

El científico explica que cuando se concibe la circunferencia de la cabeza y el volumen craneal como dos medidas de una propiedad subyacente compartida a la que denominaron “dimensión craneal final”, pudieron precisar nueve loci (posición fija sobre un cromosoma) asociados nuevos; lo cual incorpora una variación genética algo atípica de gran influencia en el gen TP53, lo cual ocurre apenas en el 2% de la población.

El TP53 codifica la proteína P53, que determina la forma en que se dividen y finalmente mueren las células, razón por la cual pudiera ser importante para el desarrollo de las meninges, que son  las membranas gruesas por las que está cubierto el cerebro y se localizan exactamente debajo del cráneo.

Otro de los autores del estudio, Simon Haworth de la Universidad de Bristol, afirmó que los descubrimientos de la investigación que con su equipo ha llevado adelante determinan que los enfoques del genoma en su totalidad, que hacen combinación de fenotipos relacionados genéticamente y de desarrollo, pueden favorecer la identificación de variaciones genéticas un poco atípicas .

Con Información de CubaSi