Observatorio Cubano de Conflictos registra en septiembre 312 protestas públicas en Cuba

Durante el mes de septiembre de 2021 se registraron 312 protestas públicas en Cuba, 13 más que el mes anterior, confirmando una tendencia mensual de crecimiento que no ha variado pese al incremento del terror estatal tras el levantamiento nacional del 11 de julio, reporta hoy en su evaluación mensual el Observatorio Cubano de Conflictos (OCC).

En cuanto a las motivaciones que impulsaron estos actos, el “conflictómetro” del mes recién concluido encuentra que de las 312 protestas, 141 (45 %) estuvieron relacionadas con demandas sociales y económicas; y 171 (55 %) con exigencias vinculadas a derechos políticos y civiles.

Recurrentes cortes de electricidad fueron recibidos en las casas con conciertos de cacerolas vacías (31 en 11 provincias), lo cual inscribe esta tendencia en las nuevas modalidades de protesta que hacen difícil la represión directa.

Con el saldo de septiembre se han acumulado 2.715 demostraciones de inconformidad en los 13 meses transcurridos desde que el Observatorio comenzó a contabilizar las manifestaciones sociales en septiembre de 2020.

Según el OCC, la invariable línea ascendente de las quejas públicas denota cómo el régimen continúa perdiendo capital simbólico (credibilidad, prestigio, influencia) tanto entre la población como más allá de las fronteras cubanas.

Agrega que en ese sentido ha resultado Infructuosa una ofensiva demagógica para ganar con migajas y gestos tardíos los corazones y mentes de los cubanos. Aprobar en 30 días decretos con reformas parciales y proclamar a la carrera que se dará prioridad a la atención a barrios marginales abandonados por más de 60 años, solo ha reafirmado la conciencia de que la élite de poder únicamente hace concesiones bajo una presión pública efectiva, como la del 11 de julio.

No solo esa táctica de la zanahoria ha fracasado, también la del garrote: la represión y el terror no consiguieron neutralizar a esta nueva generación de ciudadanos disidentes, y nuevos desafíos populares se convocan para los meses de octubre y noviembre, esta vez poniendo a prueba derechos plasmados en la Constitución vigente desde 2019.

Insistir con la violencia estatal pudiera, por otra parte, abrir la puerta a formas violentas de manifestación. Por primera vez en doce meses se registraron el mes pasado cinco acciones violentas contra tiendas en dólares y vehículos policiales, así como el incendio de un ranchón durante los apagones.

El más reciente “conflictómetro” destaca que los cubanos perciben ahora que los graves problemas que padecen, como el colapso del sistema de salud, la inflación descontrolada y la inseguridad alimentaria y energética, no son atribuibles a enemigos externos, sino a políticas deliberadas de la élite de poder militar, aplicadas por un gobierno disfuncional y mediocre —a fuerza de promover la lealtad por encima de la capacidad— y que se mantiene fosilizado en las premisas ideológicas de sus predecesores (“Somos continuidad”).

Concluye diciendo el Observatorio Cubano de Conflictos que después del pasado 11 de julio ha quedado claro que la solución no es desgastarse intentando impulsar una reforma parcial del socialismo existente, sino transformar a Cuba de raíz para que la nación sea independiente, soberana, libre, democrática, moderna y próspera en una sociedad abierta, lo cual define el futuro que hoy desea alcanzar la población de la Isla.