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Periodismo cubano oficialista: ¿ceguera o hipocresía?
Un material que audiovisual que recién encontré en YouTube confirma la tesis de que el lente de la Televisión Cubana no está enfocando al país, sino al Espacio, y ni así lo hace bien, porque hay demasiados problemas en órbita y ninguno se gana un cameo.
Si bien las cifras oficiales de aprobación del Referendo Constitucional que se dio en la isla el pasado 24 de febrero eran de esperar, llama la atención cómo el periodista de la televisión cubana, Lázaro Manuel Alonso, le advierte a la audiencia del Noticiero Estelar que el disgusto asociado al tema del matrimonio igualitario vislumbraba un apoyo al No.
A pesar de que el occiso artículo 68 y reencarnado en el cuerpo del artículo 82 recogen por esencia la misma intención, la Comunidad LGBTI en Cuba y fuera de ella, mostró indignación quizá por la manera en que fue debatido en el Parlamento, matizado por una propuesta de referendo al Código de Familia, cuando bastaba con una consulta popular.
A estos efectos, agradezco oportunamente que Lázaro Manuel Alonso asocie -a su entendible juicio- a los que defienden la agenda LGBTI con quienes se negaron a ratificar la Carta Magna, porque no existe manera posible en ese voto de encontrarlo ilegítimo.
Entonces agradezcamos todos a Lázaro, porque gracias a su lógica, meteremos en el saco del NO a quienes proponen una ley de protección animal, a quienes fueron desoídos por el secretario del Consejo de Estado Homero Acosta por pedir elección directa del presidente de la República, a quienes no querían más la supremacía del omnipresente Partido Comunista de Cuba, incluso por encima de la Constitución; a quienes reconocían el retroceso en la interpretación de los derechos humanos según los instrumentos internacionales; la no creación de un tribunal constitucional.
Lázaro habla de libertades, de personas que votaron NO y en ningún caso fueron reprimidos ni perseguidos, cuando en todo el país durante el fin de semana de la elección, autoridades incautaron las viviendas de líderes y miembros opositores en gran totalidad.
Habla también de transformaciones en la economía y hoy el propio presidente Miguel Díaz-Canel reconoce la escasez y el desabastecimiento del país, del robo de combustible que podría empeorar como consecuencia de la situación que afronta Venezuela, principal aliado de la Isla.
Ni las propias tiendas recaudadoras de divisas pueden suministrar a la población y las largas filas para esperar por aceite o un paquete de detergente ya es hecho cotidiano. ¿De qué transformaciones de la economía cubana habla el periodista? ¿Cuál es la participación de la propiedad privada? ¿Cuáles son los empleos bien remunerados a los que se refiere?
Realmente podemos creer que la ley para la inversión extranjera es confiable, cuando nadie quiere invertir en Cuba? ¿De qué respeto habla, si el gobierno no respeta los intereses del pueblo? La desigualdad y la pobreza son cada vez más visibles en las calles cubanas.
Me atrevería a asegurar que no podemos hablar de un periodo especial como aquel que recordamos en los años 90 gracias al esfuerzo que hacen muchas familias por visitar a los que aún le quedan en la otra orilla; por la influencia del sector turístico y el paradisiaco destino sexual con que se vende Cuba, por la cantidad de cubanos que viajan a ‘luchar” al extranjero, regresando con mercancías para alimentar el mal llamado mercado negro y muchas otras razones que solo sufren quienes muchas veces no tienen qué comer.
Transparente y de éxito califica Lázaro Manuel a las elecciones. Se hace eco de la amplia cobertura que los medios cubanos dieron al escrutinio y reitera con total seguridad que el gobierno de Estados Unidos ha tenido pretensiones e intenciones en desmoralizar el referendo cubano, incluso sin mencionar que la Carta Magna a la que tanto rinde pleitesía, cita en sus artículos 171 y 172 que en Cuba están prohibidas las campañas electorales y bastaba con caminar por cualquier calle por intrincada que sea para ver carteles de YO VOTO SÍ.
El único que debe dejar de ser ingenuo en su afán de grandeza ante el lente de ese noticiero es «Lazarito» Manuel, que pertenece a una generación adoctrinada, manipulada y utilizada a los antojos de quienes creen en el socialismo como bandera, por las bondades que reciben de ese sistema y siguen sumergiendo a toda una nación en el fracaso.
Y terminas, Lázaro, enfrentando los planes de Estados Unidos y Cuba. No te voy a hablar del plan norteamericano, porque Donald Trump es impredecible, pero lo que realmente es burdo y absurdo, Lázaro, es decir que el plan de tu país emerge de la inteligencia y la unidad.
Perdóname, Lázaro, pero cuando dices que “el SÍ ganó para bien de toda la nación” suena como si el NO estuviera puesto en la boleta por error o idea de una fuerza que no es la de la Ley. El NO también representa el bien de la nación, porque la nación es de todos. Pero para tener nación primero hay que tener noción.
Artículo de opinión publicado bajo la Política de Renuncia de Responsabilidad de Periódico Cubano