Crisis de antibióticos en Cuba, y el régimen anuncia producción de inyectables como el Rocephin

Se supone que será la única productora de este tipo de antibióticos en el país. (Foto ilustrativa: Laboratorios Aica-Facebook)

Cuba pretende sustituir la importación de un grupo de antibióticos betalactámicos inyectables, de amplio uso en las terapias intensivas, mediante la construcción de una planta de cefalosporinas inyectables, cuya terminación se prevé tenga lugar para finales de este año.

Así lo ha dado a conocer la Agencia de Información Nacional (ACN) en una nota donde se precisa que «dichos medicamentos son el Meropenem de 500 mg y 1 mg, la Ceftriaxona (Rocephin) de 1 g, la Cefotaxima de 1 g, la Cefazolina de 500 mg y 1 g, la Cefuroxima de 750 mg, la Ceftazidima de 1 g, y la Cefepima de 1 g».

La que se supone que será la única productora de este tipo de antibióticos en el país, funcionará en la Empresa Farmacéutica ‘8 de Marzo’, y para ello el 90% del equipamiento que se empleará ya está en la Isla, comentó al medio oficialista la directora general de la entidad, Xenia Madrazo Sagre.

Por su parte, al referirse al «ahorro» para el gobierno que resultará la producción nacional de estos medicamentos, el doctor Eduardo Martínez Díaz, presidente de BioCubaFarma, señaló que hasta la fecha el proceso de importación «le cuesta al país entre siete y ocho millones de dólares anuales».

Escasez de antibióticos en Cuba

Mientras el régimen anuncia nuevas obras constructivas y supuestas mejoras, el sistema de salud cubano muestra una cara totalmente distinta, donde proliferan las carencias y el abandono.

Precisamente, los antibióticos hasta a nivel hospitalario poseen tan baja cobertura que los propios directivos de BioCubaFarma han manifestado que solo existe disponibilidad para dos meses, lo cual no suple la gran demanda actual en los dispensarios del territorio nacional.

En el caso de los inyectables como el Meropenem, el Rocephin y la Cefotaxima, son antibióticos esenciales de uso hospitalario en las terapias intensivas, con un amplio espectro de tratamiento de infecciones bacterianas, neumonías y meningitis, entre otras enfermedades.

El panorama en el país caribeño se ha tornado tan convulso y desesperante, que se ha conocido de la venta del bulbo de Rocephin en hasta 15 mil pesos cubanos, por supuesto, que son robados por el mismo personal de salud, y que llegan incluso a inyectar agua en vez del medicamento.

Según apunta su página web, con más de 3 décadas de experiencia, la empresa ‘8 de Marzo’ produce y comercializa antibióticos betalactámicos en sus diferentes presentaciones: inyectable, cápsula y polvos para suspensión orales.

En la actualidad cuenta con dos plantas productivas, una de cefalosporinas orales y otra de penicilánicos, certificadas por el Centro de Control Estatal de la Calidad de los medicamentos (CECMED), a las cuales se estaría sumando a finales del 2022 la nueva planta de cefalosporinas inyectables.