Cuba arremete contra COVAX y las vacunas que sí han sido aprobadas por la OMS

Gobierno de Cuba arremete contra vacunas que sí han sido probadas (Foto: Pfizer – Facebook)

El gobierno de Cuba arremetió contra las vacunas que ya han sido probadas y verificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros estándares internacionales. También criticó severamente al programa COVAX, que cuenta con la suscripción de más de 180 países.

A través de su prensa oficialista, el gobierno puso en tela de juicio la iniciativa COVAX, por medio de la cual varios países cooperan para entregar vacunas gratuitas a las naciones más pobres.

Asimismo, calificó como un “riesgo” a las vacunas que sí han pasado verificaciones internacionales y han demostrado resultados de su eficacia y seguridad.

Según un artículo del diario estatal Cubadebate, el Provax es solo una “institución de partes interesadas, sin transparencia ni rendición de cuentas, donde los grandes actores privados como la gran farmacéutica, que actúa por interés de lucro, deciden tanto o más qué gobiernos e instancias públicas de la comunidad internacional”.

Estas declaraciones surgen a pesar de que el propio gobierno de la Isla ha lucrado con sus servicios médicos durante toda la pandemia, mediante sus misiones en el extranjero.

Además, ha priorizado la venta de los candidatos vacunales que ha producido, por encima de la inmunización a sus ciudadanos, como mostró hace unos meses, cuando empezó a promocionarlas en campañas turísticas.

El régimen de La Habana se negó a participar en la iniciativa COVAX. Varios analistas consideran que esto podría deberse al interés del gobierno en ganar dinero con sus vacunas, por lo que entregarlas de forma gratuita representaría pérdidas.

El autor del artículo oficialista señala que la COVAX es solo una estrategia de las grandes farmacéuticas para poder ganar dinero con las vacunas, pues los países con posibilidades las compran en conjunto y luego las reparten “equitativamente” a los más necesitados.

“Varios países del Sur global, entre ellos India, Sudáfrica y Brasil, tienen capacidad de producción y distribución de vacunas. En muchos más esa capacidad ha sido debilitada por las políticas neoliberales de las últimas décadas, pero podrían ser apoyados para reactivar la producción nacional. Esto es lo que COVAX quiere impedir”, indica el texto.

Sobre las vacunas aprobadas por la OMS, el periodista refirió que se encuentran “llenas de incertidumbres” y valoró como amenazante el método de su elaboración, aunque ese es el método estándar para la fabricación de todo tipo de retrovirales, no solo contra el Covid-19.

“COVAX funciona también como una forma de privilegiar las vacunas transgénicas, patentadas y altamente experimentales, llenas de incertidumbres y riesgos, como las vectorizadas por virus, que insertan ADN (entre ellas AstraZeneca, Johnson y Johnson, Sputnik, CanSino) y las de ARN (como Pfizer y Moderna)”, manifestó.

Lo que no mencionó el autor es que este es el método más seguro y efectivo de crear vacunas nuevas. Además, todas las mencionadas han pasado por decenas de filtros desde su inicio, por diversas pruebas y verificaciones, tanto de los países que las crearon como de organismos especializados, y finalmente la OMS.

Por el contrario, ninguno de los fármacos cubanos contra Covid-19 ha sido probado por especialistas externos a la Isla. No se ha tenido acceso a los supuestos estudios con base en los cuales se elaboraron. Tampoco se han verificado, por lo que se desconoce si realmente son efectivos y cuáles podrían ser sus efectos secundarios.

Cuba es el único país del mundo que ha aplicado a su población vacunas inconclusas, que siguen en fase de prueba y que no han sido reguladas ni verificadas por ningún organismo internacional.

Especialistas señalaron a la cadena británica BBC Mundo que la decisión de Cuba era “arriesgada”. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) dijo al mismo medio que respetaba la decisión, pero que solo recomendaba la aplicación de vacunas aprobadas por la OMS.

Aunque por ahora el sujeto de prueba del gobierno cubano ha sido su propia población, esto no ha impedido que algunos países muestren interés en la compra de los retrovirales, lo que beneficiaria los bolsillos de los dirigentes castristas.