Díaz-Canel reconoce que el 90% de la población tiene una opinión en contra del abasto de agua

Díaz-Canel convocó al delegado nacional de dicho instituto, Antonio Rodríguez, para dar justificaciones, siendo la principal de ellas el “bloqueo de EEUU”. (Captura de pantalla © Presidencia de Cuba – YouTube)

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, reconoció en la más reciente emisión de su nuevo programa como youtuber que el 90% de la población cubana está insatisfecha con el servicio de abastecimiento de agua que el régimen castrista ha construido en los últimos 65 años de dictadura.

De acuerdo con el sucesor de Raúl Castro, el Partido Comunista recolectó 7.100 opiniones de la población, donde solo el 10% de esos cometarios tiene una visión favorable sobre el trabajo que realiza el Instituto de Recursos Hidráulicos y las direcciones tanto municipales como provinciales.

Por lo tanto, Díaz-Canel convocó al delegado nacional de dicho instituto, Antonio Rodríguez, para dar justificaciones, siendo la principal de ellas el “bloqueo de EEUU”, particularmente por la falta de acceso a financiamiento para modernizar la infraestructura.

Corrupción y falta de eficacia: un problema persistente

La situación revela una insatisfacción rampante y los retos sistémicos y coyunturales que enfrenta Cuba en su capacidad de proveer un servicio básico y esencial a sus ciudadanos. Las constantes roturas y la obsolescencia del equipamiento son críticos, y las inversiones hechas hasta ahora parecen insuficientes para resolver los problemas de manera eficiente.

Durante la intervención también se reconocen serias alegaciones de corrupción en la distribución del agua, particularmente con los operadores de camiones cisterna, complicando aún más el panorama. Ello demuestra una falta de controles efectivos y una gestión deficiente, que se suman a la percepción de ineficacia y falta de transparencia de la administración.

A pesar de los problemas mencionados, el gobierno promete mejorar el abasto, algo que no ha hecho en 65 años, mediante proyectos significativos de infraestructura. Sin embargo, la “contingencia energética” y la falta de combustible han afectado severamente la capacidad del país para mantener un servicio estable, sugiriendo que los problemas de gestión se extienden a varios niveles del sector estatal.

Ante el panorama, la solución propuesta por Díaz-Canel es mejorar la comunicación con la población para alinear las percepciones y realidades del servicio de agua. Esta es una admisión implícita de que las medidas actuales no están cumpliendo con las necesidades ni las expectativas de la población, por lo tanto, se enfocan en transmitir esperanza y justificaciones mediante la divulgación de propaganda que le llaman “comunicación institucional con el pueblo”