Honduras se convertirá en “tercer país seguro”

Autoridades de Estados Unidos y de Honduras llegaron a un acuerdo para que esta nación centroamericana se convierta en “tercer país seguro” de migrantes interesados en solicitar asilo político.

AP reportó que un funcionario anónimo del Departamento de Seguridad Nacional comunicó la noticia mediante una rueda de prensa vía telefónica en la que señaló que el acuerdo será firmado en los próximos días.

El informante no detalló las características del futuro plan, pero en días pasados se había dicho que se estaba negociando para que los migrantes primero pidan protección diplomática en Honduras y en este país tramiten su solicitud de asilo para ingresar a EEUU.

De hecho, un medio local reveló que lo anterior aplicaría para migrantes procedentes de Cuba y de Nicaragua, pero no fue confirmado por autoridades de Honduras.

Ante la creciente ola de migrantes a la frontera estadounidense a través de territorio mexicano, la administración de Donald Trump inició negociaciones con países de Centroamérica para frenar el paso de indocumentados.

Hasta el momento se sabe que El Salvador ya llegó a un acuerdo para ser parte de ese plan y con Guatemala también hubo un pacto similar.

Para los cubanos, Honduras no es la mejor opción de “tercer país seguro” debido a que presenta una alta violencia y falta de calidad de vida, que ha motivo grandes caravanas de migrantes hacia la frontera de México con EEUU.

Además, esta semana se informó que autoridades hondureñas llegaron a un acuerdo con La Habana para que cubanos migrantes sin documentos sea deportados de inmediato.

De hecho, en un informe publicado en 2018, el Departamento de Estado de EEUU expresó que tenía amplio conocimiento de las condiciones precarias de Honduras.

Las autoridades norteamericanas establecieron en el informe la presencia de crimen organizado a cargo de pandillas locales y transnacionales, además de la presencia de narcotraficantes responsables de crímenes violentos y actos de homicidio, extorsión, secuestro, tortura, tráfico humano, intimidación y otras amenazas.

También se habló de hechos violentos contra defensores de derechos humanos, autoridades judiciales, abogados, la comunidad empresarial, periodistas, blogueros, mujeres y miembros de poblaciones vulnerables.

A esto se le suma que las autoridades hondureñas han recibido denuncias de tortura, arrestos arbitrarios y tratos inhumanos en prisiones.